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El daño que hace la calumnia
Una vez, un hombre calumnió a un amigo suyo, por la envidia que le produjo el éxito que este había alcanzado.
Tiempo después se arrepintió del mal que había causado y fue a ver a un sabio a quién le dijo:
– Quiero arreglar el mal que hice a mi amigo ¿Cómo puedo hacer?
El sabio le dijo:
– Toma una bolsa de plumas y suéltala en la plaza.
El hombre lo hizo, volvió y le avisó al sabio que había terminado.
Entonces este le dijo:
– Ahora debes ir y juntar las plumas.
El hombre no pudo juntar ninguna.
El sabio le dijo:
– Así como no pudiste juntar las plumas, el mal que hiciste voló de boca en boca, y el daño ya está hecho, no hay forma de revertir lo que hiciste.
La calumnia destruye a la persona afectada, no solo por las heridas que produce, sino por la dificultad de repararlas. Hablar de los demás es una práctica común, incluso aunque no se tengan argumentos.
Emitimos juicios en contra de las personas, por comentarios generados por personas rencorosas que se sienten aliviadas hablando mal de los demás. Tratemos de basar nuestras relaciones en el respeto, la cordialidad, la consideración y la tolerancia.
Reflexiones de vida:
- La guerra
- Las mil bolitas
- La olla de barro
- Unas alas de luz
- Polvillo de mariposa
- La sonrisa de un niño
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DELANTE DE TI SEÑOR ESTAN TODOS MIS DESEOS, Y AUN MI SUSPIRO NO TE ES OCULTO. AMEN
Tarde, muy tarde para volver el tiempo, y reparar el daño.