A MI MADRE TAN QUERIDA
A mi madre tan querida, yo jamás podré olvidar. Mientras dure aquí mi vida, mientras mi alma pueda amar.
La bendita madre mía, en la infancia ella me guió; Ella fue la luz y alegría que mis penas mitigó.
De sus manos mil caricias y mil besos recibí; sus consejos mis delicias, y su eterno amor sentí.
Sus miradas de ternura, sus consejos todo amor; y sus ruegos a la altura,
me han llevado hasta el Señor.